domingo, 25 de julio de 2021

ENTREVISTA A JOSÉ JAVIER ESPARZA. Soy muy guerrero. Un soldado en un pedazo de muralla

 

B. Shields y José Javier Esparza

ENTREVISTA A JOSÉ JAVIER ESPARZA

Soy muy guerrero. Un soldado en un pedazo de muralla.

Esta vez me encuentro en El Toro TV con José Javier Esparza, la cara protagonista del programa televisivo “El gato al agua”. Podríamos decir que es, sino la cara más visible de la cadena de TV El Toro, sí una de las más conocidas. Si cambiaran el logo de la cadena y pusieran su rostro, seguirían reconociendo la cadena. José Javier Esparza es periodista, crítico cultural, analista político y escritor ensayista. Ahí es nada.

B.SHIELDS.:  Me consta que la cadena a veces recibe amenazas. ¿Eso te genera algún miedo?

ESPARZA:      No. Nunca.

B.S.:    ¿Caso omiso?

E.:       Sí. Y he sido toda la vida muy guerrero. Así que miedo no. Eso forma parte de la profesión que has elegido, o mejor dicho, de la forma en la que es has elegido vivir la profesión.

B.S.:    ¿Para trabajar en El Toro TV hay que ser muy machos o qué?.

E.:       No… El Toro TV es una cadena que desde el principio apostó por mantener una línea editorial que está bastante al margen de la condición política y de lo que el sistema te exige, con lo cual es verdad que quien trabaja aquí sabe que tiene que afrontar unas consecuencias generalmente penosas desde el punto de vista del cierre de otras puertas profesionales.

B.S.:    ¿Estáis muy controlados?

E.:       ¿En qué sentido?

B.S.:    ¿Tenéis censura, os censuráis a vosotros mismos?

E.:       No lo sé. Yo no.

B.S.:    ¿Nunca?

E.:       No. La única censura que me impongo es la de tratar de no decir cosas que el espectador puede no entender por qué las digo.

B.S.:    Cuando se te escucha y ve, aun soltando lo que sueltas con mucha valentía, da la sensación de aparentar ser muy comedido. ¿Me equivoco?

E.:       Yo soy un chico muy educado.

B.S.:    ¿Podrías hablarme del Instituto Tavistock?

E.:       No podría hablar. Es uno de estos organismos que aparecen dentro del mundo global y a este concretamente no le tengo la pista seguida.

B.S.:    ¿No?. ¿Es cierto que todos los gobiernos y grandes multinacionales acuden a él para controlar a las masas a través de la publicidad?

E.:       No lo sé. Sinceramente…

B.S.:    ¿O no me quieres hablar de ello?

E.:       No. Es que no lo sé. Yo sé que la gente que manda normalmente se nutre de determinadas fuentes que son siempre las mismas por otro lado, que son órganos transnacionales normalmente vinculados a Fundaciones americanas, últimamente con capital americano, canadiense, inglés…

B.S.:    El Instituto Tavistock fue creado en Londres en los años 50 por un psiquiatra.

E.:       Por otra parte, pero no te podría decir.

B.S.:    Me preguntaba hasta qué punto estabas siendo comedido o no.

E.:       No. En serio.

B.S.:    ¿España funciona como un Estado Federal, o peor?

E.:       No. España no es un Estado Federal.

B.S.:    Pero la intención es esa. Es lo que pretende Sánchez desde hace años ¿verdad?

E.:       No. Un Estado Federal es un Estado. Lo que España está viviendo es una desconstrucción del tejido nacional, no tiene nada que ver. El Estado al final es una unidad política. Sea Federal o no. Lo que España está viviendo es una desconstrucción de la unidad política. No es un proyecto Federal aunque le pongan ese nombre por más que lo bauticen como Federal, de Federal no tiene realmente nada. Lo que estamos viendo es una desconstrucción del tejido nacional a partir del poder de oligarquías territoriales y de oligarquías de otro género, no políticas, sino económicas y mediáticas que comparten ese proyecto que han encontrado por ideología globalísticas una especie de coartada de la que comulgan y estoy convencido de que además, con toda sinceridad. Pero no tiene nada que ver con un Estado Federal.

B.S.:    Por eso te pregunto si funciona como un Estado Federal o peor.

E.:       Sí. Hay una figura histórica en la Historia de España que son los Reinos de Taifas que son a lo que nos vamos pareciendo.

B.S.:    Hará como unos 6 años aproximadamente en los informativos internacionales, aparecía Sánchez en un extenso comunicado advirtiendo encaminar a España a un Estado Federal.

E.:       En el Partido Socialista es una constante desde hace muchísimo tiempo, para ellos es el modelo. No sé exactamente de quien lo copiaron. Sinceramente. Creo que de Alemania pero da exactamente igual porque en todo caso es una forma de ceder poder hacia poderes que no serían competencias suyas sino más bien concurrentes y que podrían ser socios. El Federalismo históricamente es un proceso en el que varias partes separadas deciden unirse. Nosotros lo que estamos haciendo es lo contrario.

B.S.:    ¿Crees que Pedro Sánchez es una contradicción en sí mismo?

E.:       Pedro Sánchez es una persona que tiene muy pocas ideas propias y que tampoco tiene grandes reflexiones sobre el mundo que le rodea, entonces es lógico que entre en contradicción su ego, que es lo único que tiene bien consolidado, con el mundo que le rodea, porque normalmente el ególatra tiene una relación conflictiva con el mundo. En ese sentido sí que es una contradicción, pero no creo que él se sienta a sí mismo que el peso de la contradicción le agobie lo más mínimo, yo creo que su posición en el mundo la tiene muy clara. Es decir, yo.

B.S.:    ¿Pedro Sánchez sabe dónde está?

E.:       Sí, yo creo que sabe dónde está pero no tiene ningún sentido del Estado, ningún sentido de la Historia, ningún sentido de la Comunidad a la que pertenece. No es un hombre de Estado en absoluto. No tiene ningún sentido de la Comunidad política ni de la labor política en el sentido de construir algo.

B.S.:    ¿Crees que detrás de los indultos de Sánchez hay una segunda lectura?

E.:       Yo creo que la única segunda lectura que tienen los indultos es que forman parte de un proceso más general, un proceso por el cual vendrá la mesa de diálogo, un referéndum de una u otra forma y con muy probablemente un nuevo estatuto de autonomía que va a convertir a la Constitución, sencillamente, en papel mojado. No creo que haya una intención en los indultos en absoluto que sirva para los separatistas, al revés, me parece que no, que los indultos son parte de un proceso más amplio que es la desconstrucción de España, el desmantelamiento de la España Nacional que conocemos

B.S.:    ¿Se ha de temer el silencio de Pablo Iglesias?

E.:       Pablo Iglesias ahora mismo está fuera de circulación porque tenía semejante cantidad de contradicciones encima que no podía seguir ni un minuto más, no solo por las causas judiciales abiertas sino también porque las medidas que el Gobierno, inevitablemente tenía que tomar, iban a dejar a Podemos y a él particularmente arruinados desde el punto de vista político. Imagino que ahora estará fuera rearmándose, reorganizándose. Es joven, tiene tiempo y volverá en cualquier momento. Es un animal político, no puede vivir de otra cosa.

José Javier Esparza

B.S.:    ¿España acaso, hoy en día, es una sociedad borreguil donde la mayoría de los españoles se pasan el día balando lamentablemente?

E.:       La mayor parte de los europeos se pasan el día protegiendo la seguridad que han alcanzado, seguridad que por una parte es cierta y si la comparamos con lo que eran otros países hace 60, 70, 80 años y que por otro parte es una percepción aumentada por la propaganda incesante, propaganda que te lleva a sobrevalorar tu presente respecto a un pasado que se supone terrible. Eso nos pasa a todos los europeos en general. De tal forma que todo el mundo cree que tiene mucho que perder. A mí me parece que estamos viviendo una época borreguil en general todos los europeos, pero también creo que al fin y al cabo Europa es Europa, y lo ha sido desde hace miles de años y que en algún lugar debe estar guardado todavía ese impulso que nos ha hecho ser históricamente…

B.S.:    ¿Tú crees? Pareciera que España partiera desde el año 75.

E.:       Es verdad. En el caso concreto de España lo que se está viendo en este momento es la quiebra entre unos políticos de la conciencia colectiva creada a partir de la Transición y que había llevado a todo el mundo a pensar, a la inmensa mayoría de la gente, que estaba en el mejor mundo posible y ahora ha salido a la luz que evidentemente no. Pero cuando has perdido cualquier otra referencia la redacción no puede ser la de tratar de buscar otra alternativa sino la de encerrarte en ti mismo... El gobierno ha anunciado el retorno del público a los estadios en un Consejo de Ministros extraordinario. No sé si les saldrá bien. Sinceramente. Yo sigo pensando que ese tipo de cosas es el pan y circo de toda la vida…, servirá para, en fin, como paliativo de las catástrofes políticas.

B.S.:    ¿Para después del verano volvernos a encerrar a todos?, ¡que viene el bicho!

E.:       Sí, es llamativo que estén con este asunto. Hay algo más que teorías muy sólidas sobre el efecto real de las vacunas y cito a Luc Montagnier que no es ningún friki por más que trataran de hacerlo, ¡nada menos que a Luc Montagnier Premio Nobel!… Me parece que estamos en una situación absolutamente descabellada en la que cualquier juicio crítico con un mínimo de sentido común es descartado como negacionista y lo que más me duele de todo esto, ¡y es verdad que me duele eh!, es que la inmensa mayoría de los medios de comunicación hayan entrado por ese aro. Yo llevo 37 años de profesión, es una cosa que no he visto en mi vida, ¡semejante sumisión!.

B.S.:    Como si estuviéramos alucinando todo el día.

E.:       Sí, sí… Estamos estrictamente alienados. Y esos medios de comunicación tienen mucha culpa. Creo que no siempre conscientes, pero es verdad que se ha creado una atmósfera que te impide ver con claridad lo que estamos viviendo alrededor. Te impide siquiera acercarte a lo que está ocurriendo, construyendo relatos que sirven por así decir, como los caminitos que le marcas a un ratón en un laboratorio para que vaya por ahí.

B.S.:    ¿Somos cobayas de laboratorio con las vacunas?

E.:       Algunos sí. Y además son ratones que son orgullosísimos de serlo.

B.S.:    ¿Qué información manejas sobre la vacunación del virus?

E.:       Yo creo que sobre la vacunación anti Covid lo que no puede discutir nadie ni siquiera sus más fervorosos partidiarios es que no es propiamente una vacuna, es un preparado génico que está teniendo por otro lado un rendimiento bastante discutible en la medida en que, sabemos, porque lo dicen ellos mismos, que los vacunados pueden volver a contagiarse y seguir contagiando y en muchos casos como estamos viendo, enfermar hasta morir. Alguien debería dar una explicación, pero es evidente que las farmacéuticas no la van a dar. Desde este punto de vista hacer la vacunación obligatoria y más en el caso de los menores cuya letalidad y las posibilidades de enfermar gravemente son realmente muy escasas, me parece una auténtica barbaridad. Simplemente un negocio. Y es escandaloso que los medios de comunicación estén tragando con esto de una forma absolutamente pasiva.

B.S.:    A la mayoría les oyes hablar, es que es muy nuevo este virus, apenas sabemos nada de él, pero sin embargo ¿todo el mundo sabe sobre la eficacia de la vacuna?. O sea, ¿todo el mundo te habla del desconocimiento del virus pero sin embargo todo el mundo es experto en decirte que te pongas la vacuna?

E.:       Sí. ¡Y del virus también no!, porque todo el mundo te habla del virus como si fueran… Es una operación como lo que hablábamos antes de la necesidad de seguridad de una sociedad que tiene demasiadas cosas que perder. Ha aparecido la redención por la ciencia, en otros siglos se buscaba por la fe. Ahora se busca por la ciencia aunque si aplicas una mirada puramente científica descubras que realmente no hay nada de todo eso, pero sirve como elemento, digamos, de convicción, de fe. Toda la retórica científica hoy se ha convertido en una retórica fundamentalmente supersticiosa. La gente atribuye a cualquier cosa que se vista con el ropaje de ciencia una virtud de verdad que objetivamente no tienen. Pero da igual, es propiamente un mito.

B.S.:    ¿Pandemia o plandemia?

E.:       No sé si hay pandemia o “plandemia”, lo que sí que sé es que a partir de una pandemia se creó realmente una “plandemia” porque no hay más que ver las legislaciones que hay en la mayor parte de los países, que son prácticamente calcadas. Por otra parte, grandes poderes, grandes Potencias Nacionales como China o de otro tipo, han utilizado esta situación, y basta ver lo que ha publicado el Foro Económico Mundial, ¡que lo han publicado ellos!, para convertir la Covid-19 en una especie de punto cero de un nuevo comienzo hacia donde a ellos les interesa. Desde este punto de vista creo que estamos ante un cambio muy importante que no es por supuesto solo sanitario, sino también social y económico. Y lo más importante es que todos y cada uno de nosotros mantengamos la cabeza clara para pensar críticamente y no olvidar nunca que siempre hay quien quiere quitarnos nuestra libertad y eso es lo más importante que debemos mantener, por encima incluso del miedo enteramente lógico, en fin, a la enfermedad.

B.S.:    José Manuel Franco, Delegado del Gobierno, al entrevistarle le pregunté si se me recomendaba vacunarme, me dijo que sí y le añadí, ¿me lo recomiendas como político o como científico?

E.:       ¿Y qué te contestó?...

B.S.:    Esto… https://elcorreodeespana.com/madrid/390585062/Entrevista-a-Jose-Manuel-Franco-Delegado-del-Gobierno-en-Madrid-Por-B-Shields.html

E.:       (Irónico) Tendría que haberte contestado como científico y entonces habríamos completado la cuadratura del círculo. Los políticos por otra parte están atrapados por completo en ese caminito del ratón, es decir, se ha creado tal atmósfera que si ellos hacen cualquier cosa que se aparte de las pocas certidumbres artificiales pero incertidumbres que se han creado inevitablemente… Tienen que demostrar que son ¡los más!, o sea, el que más vacune, el que más encierra, el que más mascarillas pone, ¡el que más, el que más… ¡. Igual tiene razón.

B.S.:    También le pregunté si será obligatoria la vacuna y me respondió, de momento no pero la propia inteligencia natural de los ciudadanos nos llevará a que la hagamos nosotros obligatoria. También le pregunté, ¿qué le pasará a quien no se vacune?, ¿es cierto que se le retirarán sus propiedades, dinero, no se le dejara salir del país, etc.?

E.:       Me hace gracia la primera persona del plural porque da la impresión de que a Franco cree que le iba a consultar a alguien si tendría que hacerlo. Es simplemente aplicar a lo que haya, pero los políticos son así.

El otro día le preguntaron a la Ministra Ribera en el Congreso por el precio de la luz y ella contestó acusando al PP de ser negacionista del cambio climático. Estamos en una retórica política que es puramente mitológica y funciona sobre la base de que hay certidumbres de que todo el mundo tiene que creer y sino eres un pecador, ¡eres malo!.

B.S.:    Al Instituto Tavistock le preocupa la gente demasiado inteligente, los que piensan y no les pueden pensar. Mientras que el resto siga balando, todos contentos.

E.:       Claro.

José Javier Esparza y B. Shields

B.S.:    El presidente de Hungría János Áder, pide que se lea bien el texto donde expone por qué prohíbe la “promoción” de la homosexualidad ante menores. ¿Conoces el contenido de ese texto?

E.:       Sí. De hecho lo comentamos en el programa. En realidad lo que hace es una Ley de protección de menores ante determinados contenidos, no es una Ley que limite derechos civiles pero el discurso virante tiene que reconducir cualquier cosa que se salga, creo, hacia una posición negacionista, es decir, una posición de pecador. Es muy interesante cual ha sido la redacción en el Parlamento Europeo porque va a acusar a Hungría de violar derechos civiles. Realmente es muy impresionante. El guión es, si tú no comulgas con esto, tú estás contra ¡todo!. Es un poco el esquema y es letal porque Europa siempre ha sido la civilización de la racionalidad y del juicio libre.

B.S.:    ¿Estamos viviendo en un mundo surrealista, de ciencia ficción?

E.:       Sí, pero cada vez hay más diferencias, cada vez se agranda la brecha más entre el discurso del poder y lo que la gente cuenta y lo que la gente se dice.

B.S.:    ¿La gente se está cansando?, ¿ya no se lo cree todo?

E.:       No hay más que ver los grupos de WhatsApp, de Telegram, con el tema del virus. Es decir, que al final hay otras vías por el que la gente exterioriza su disidencia. Es verdad que de una forma minoritaria y además con renuncia expresa hacen nada contra el poder, simplemente lo soportan.

B.S.:    Todos conocemos LGTBIQ+. ¿Te atreverías a describirme qué significa la Q?

E.:       Es la teoría Qeer que es la base final de la Ideología de Género. ¿Cómo puedes definirlo?. Puedes definirlo sencillamente con la idea de que el género es una construcción social y tú por tanto no tienes sexo propiamente mismo, eres un organismo sexual biológico pero tienes una incapacidad infinita desde el punto de vista personal para definirte en cuanto a tu género. Lo cual es un perfecto absurdo pero es muy coherente respecto al camino ideológico de la personalidad ¿no?…

B.S.:    ¿Ahí vale todo?

E.:       No necesariamente pero al final, para mí, la clave del asunto está en la convicción que es profundamente irracional de que uno puede determinar su propia naturaleza, cosa que por naturaleza no es cierta y además es imposible. Pero si llegas a un punto en el que consideras que la libertad individual llega hasta el punto de hacer que el individuo deje de ser lo que es, estás en una contradicción plena. Es la negación del individuo, es el individuo que afirma su individualidad hasta el punto de negar la individualidad. Has llegado a un punto sin salida. Está al borde del precipicio.

B.S.:    He entrevistado al grandioso Javier Urra hasta en un par de ocasiones, explicaba que la transexualidad del menor es una de las cosas que más le preocupan y en la que trabaja, y, que muchos niños transexuales al llegar a la mayoría de edad se suicidan porque quieren volver a la sexualidad inicial. Si nos atenemos a la psicología de que los niños hasta los 12 años aproximadamente carecen de moralidad… ¿Qué es esto?

E.:       Sí. Estás invitando a generaciones enteras a una situación de absoluta alienación en el sentido estricto del término, es decir, pasa a ser otro. Ese niño en nombre de su espontaneidad lo que se le está haciendo es convertirse en lo que su entorno quiere que sea y eso efectivamente solo puede ser una fuente de frustración. Un niño es algo que está en construcción. Yo tengo 5. Tú le moldeas, tú le educas, tú le construyes y al mismo tiempo reacciona, también, frente a eso o a favor de eso. Pero bueno, así se construyen todas las personalidades siempre. Pasa en todos los seres vivos. Lo que están haciendo ese tipo de leyes en la práctica es empujar a muchos niños y además con frecuencia, vía sus padres, a atribuirles un final de camino que no es el que ellos habrían elegido. No pueden saberlo. Es decir, a ti lo que te pasa es esto, es una violación psicológica. Es no dejar al menor completarse, ser mayor.

B.S.:    ¿La mayoría de edad aquí no vale?

E.:       Ahí no vale.

B.S.:    Que la Seguridad Social opere a transexuales gratuitamente a quien considere que lo necesita está muy bien, ejercen un derecho, pero, ¿qué te parece que no puedan operarse por ejemplo gratuitamente las personas que tienen un grave problema bucodental?.

E.:       Si un país es tan rico como para permitirse sufragar las necesidades secundarias de carácter clínico de sus ciudadanos, pues fantástico. Que paguen lo que sea. Pero aquí estamos ante un problema que creo que va mucho más allá de eso, es la idea de que determinadas características personales tengan que traducirse en derechos civiles. Eso no ha ocurrido nunca. Los derechos civiles, los derechos en general son construcciones teóricas de carácter colectivo que se aplican para la vida en común y no se deducen de tu orientación afectiva.

B.S.:    Claro, pero se excusan en, es que me afecta psicológicamente… Pero hay muchos casos.

E.:       A mí Hacienda psicológicamente me afecta cada mes que no te puedes ni imaginar. ¿Entiendes?

B.S.:    Es que conozco un caso muy de cerca y me produce una gran pena.

E.:       ¿De lo de la boca?

B.S.:    Claro. Esta persona está desesperada. Ha acudido mil veces a la Seguridad Social, es un problema congénito que le afecta orgánica, psicológica y profesionalmente.

E.:       Desde el punto de vista del problema conceptual es ese, me afecta personalmente, me afecta psicológicamente. Si te afecta así y la sociedad te puede ayudar, miel sobre hojuelas, pero la sociedad no está para eso y en todo caso, los códigos civiles no se pueden deducir de cómo te sientas tú hoy, porque los códigos civiles por definición ¡afectan a todos!. A mí, no se me reconocen derechos porque me gusten las mujeres…

B.S.:    Ni a mí porque me gusten los hombres.

E.:       Claro. A mí se me reconocen derechos y sobre todo deberes porque soy padre de familia. Circunstancias digamos, socialmente objetivas, no por circunstancias personales y por afectos y por orientaciones. No tiene ningún sentido que tú puedas deducir todo un marco de derechos del hecho de que uno se sienta A, B, LGTBQ… o lo que fuere. Un ejemplo histórico concreto, en Roma, donde la homosexualidad era en ciertas épocas relativamente aceptada. En cualquier caso los derechos del paterfamilias no deberían por ser heterosexual, podrían ser tres esclavos griegos de 16 años que se habían traído de Macedonia y calzárselos todas las noches. Da lo mismo. O sea, el derecho no era por con quién se acostara ni por quién le gustara, el derecho era por su posición social, por lo que es uno dentro de la sociedad. Para mí la gran contradicción de eso que llaman ahora Nuevos Derechos consiste en que están subordinando el derecho que es algo colectivo comunitario a una apetencia individual y eso, me parece, que es el camino de la destrucción del derecho en general.

B.S.:    ¿Es verdad que va a quedar una cuarta parte de la población mundial?

E.:       Parece que ese es el proyecto de los Neomaltusianos.

B.S.:    Tú eres de los pocos que habla de Soros, Bill Gates, Zuckerberg, Rockefeller, etc. ¿Hasta qué punto es peligroso que la sociedad les desconozca?. El resto de medios evitan hablar de ello.

E.:       Bueno…, no sé si es peligroso o deja de ser peligroso. A mí me gusta mucho la Historia, la mayor parte de mis libros son de Historia.

B.S.:    Me refiero como peligroso al desconocimiento.

E.:       Cualquiera que conozca la Historia sabe que el pequeño grupo de poderosos que intentan aumentar su poder a costa de los demás es una constante y la Historia de la Humanidad en buena medida consiste en eso. Me parece absurdo que alguien piense que eso hoy no ocurre, pues claro que ocurre, como ocurrió ayer…

B.S.:    La Historia es cíclica…

E.:       Pero forma parte de la naturaleza del poder. MaxWeber lo definía de una forma muy técnica, constelación de intereses, la gente que tiene poder se pone de acuerdo para tener más poder y para que nadie te lo quite; si tú y yo vendemos zapatos y llega al barrio un tercero para poner una zapatería, tú y yo nos pondremos de acuerdo para que ese no la monte. Esto es la vida misma. La mayor parte de la gente lo ignora, sí, pero también ignora otras muchísimas cosas. Digamos que la capacidad del ser humano para impregnarse de los asuntos públicos es limitada por definición, seguramente porque a muchos les estallaría la cabeza. Bastantes problemas tiene ya cada uno…

B.S.:    ¿Crees que solamente es por eso o hay algo más?

E.:       Es que es complicado. Te amarga la vida.

B.S.:    Bueno, te amarga la vida si llegas hasta el punto de la obsesión ¿no?. Que solamente te nutras siempre de lo mismo o que quieras estar informado de todo ¿no?

E.:       Bueno, te empiezas a dar cuenta de que tu posición en el mundo es enormemente frágil porque dependes de otros que son mucho más poderosos y que siempre están ahí. Entonces, yo entiendo que buena parte de la gente, es un asunto en el que no quieran entrar, y no se lo reprocho. Lo que sí que reprocho es que haya quien pretenda todavía decir, ¡no!, ¡todo eso es mentira… y tal!. ¡No!. Mentira no es, hay mucho friki en torno a estas cosas. ¡Claro que sí!, por supuesto.

José Javier Esparza

B.S.:    Eso duele ¿verdad?, cuando te dicen ¡todo eso es mentira!.

E.:       A mí ya hace mucho que no me duele nada. Es como quien te dice, ¡el sol gira entorno a la Tierra!... Bueno…, bien…, sí, lo que tú quieras

B.S.:    Agenda 2030. Tampoco se habla de esto, tan sólo una pequeña pildorita escapada por María Jesús Montero, la portavoza o portavoz. ¡Qué lío!. Pero Sánchez se pone a hablar de la Agenda 2050.

E.:       Pero todos llevan la chapita de la Agenda 2030.

B.S.:    Sí, la he visto.

E.:       Todos llevan la chapita por todas las Instituciones Transnacionales. El plan 2050 de Sánchez son las cosas de Sánchez, es como ponerle un marco propio a algo que no ha decidido él; creo que a lo que estamos asistiendo en general es a una transformación del paradigma tecnológico como cuando se pasó masivamente del carbón al petróleo y que ahora consiste pasar fundamentalmente a las renovables. Antaño, esto lo pagaban los capitalistas, hoy, lo tenemos que pagar todos. Y es en lo que estamos.

B.S.:    ¿Con Franco se vivía mejor?

E.:       Pues yo con Franco viví 12 años. Así que lo que yo recuerdo de Franco pues era muy divertido porque era niño, y por otra parte, la gente mayor, hoy lo que recuerda de la época de Franco era lo que recuerda de la época de su juventud, cuando eran mucho más jóvenes y fuertes y vigorosos. Igual entiendo que vivían mejor. Creo que objetivamente, las situaciones en la sociedad en tiempos de Franco, de De Gaulle, de Adenawer…, es decir, la sociedad europea de los años 60, 70, a finales de los 50, eran infinitamente más vivibles que el actual en todas partes, no solo en España, porque eran países que estaban en construcción, que se habían disciplinado después de la catástrofe de la guerra, que estaban volcados en la producción y en la reproducción, y aquello funcionaba y todo crecía y todo era cada año mejor y cada vez había más oportunidades. Es lo que los economistas franceses llamaban los 30 gloriosos que para nosotros eran los años del desarrollismo. Y esto lo vivió toda Europa a la vez. Y eran sociedades que funcionaban. Tenías unas cuotas de libertad personal notables y al mismo tiempo un entorno de prosperidad creciente, en el que tenías cosas que a la generación anterior, de la Segunda Guerra Mundial no hubiera podido ni soñar, vacaciones pagadas, educación gratuita y universal, salida para todos. Todo eso es la obra de la postguerra, la Europa que entiende por fin después de dos Guerras Mundiales, varias revoluciones comunistas, una revolución fascista, etc., que o el capitalismo metía dentro del sistema la gigantesca periferia de marginados que había creado o se nos iba a colapsar, y esa es la gran obra de la época de la postguerra. Nacionalizar a las masas, meter a todo el mundo dentro del esfuerzo colectivo y todo el mundo sale ganando.

B.S.:    Aunque tuvieras 12 años. Igual que hablas de épocas de la Historia de antaño.

E.:       Bueno, esto es por estudiar no por los 12 años. Es decir, los españoles de hoy miran la España de la época en términos objetivos de cifras por ejemplo y flipan en comparación con la actual, pero lo mismo te pasa en Francia, en Alemania, incluso en El Reino Unido. Sencillamente porque era una sociedad más vivible. Después de eso se ha construido una sociedad absolutamente invivible, en buena medida por el propio éxito del sistema capitalista, hay un autor norteamericano muy importante y muy interesante Daniel Bell, que explicaba en un libro, “Las contradicciones culturales del capitalismo”, que el capitalismo necesita un cierto número de cualidades morales para crecer, con austeridad, esfuerzo, sacrificio, etc., pero que él mismo por la riqueza y prosperidad que genera, termina produciendo lo contrario de esas cualidades morales. Toda Europa a partir de los años 70, 80 empezó a vivir una transformación desde el punto de vista social, moral, etc., aceleradísima, dejó de privilegiarse lo familiar para privilegiar lo individual, dejó de privilegiarse lo comunitario, lo colectivo, el sacrificio, el esfuerzo del ahorro para empezar a privilegiar lo individual, el hedonismo, el consumo, el despilfarro y el jolgorio porque el sistema lo necesitaba para sobrevivir. Es verdad. El resultado es que finalmente tienes una sociedad descompuesta y esto es un fenómeno que toda Europa está viviendo, y hoy que el capitalismo está en una situación de colapso como en la que nos encontramos con todo el mundo mucho más endeudado de lo que jamás podrá pagar, habrá que empezar a dar una vuelta a la cuestión.

B.S.:    ¿La Agenda 2030 entonces es una solución para ellos no?, donde no tendrás nada y serás feliz.

E.:       ¡Claro!

B.S.:    ¿Estamos viviendo una dictadura sin lágrimas?

E.:       Bueno, algunos lloran. Pero la Agenda 2030 es una solución a ese problema. ¿Cómo lo resuelves?. Pues con unos sistemas de individualización creciente de las sociedades; una familia de 7 miembros consume mucho menos que 7 individuos sueltos. Una sociedad en la que la propiedad sea lo más efímera posible…, si uno se compra un coche a los 7 años lo vendes y te compras otro y además una sociedad en la que el dinero tenga valor solo en tanto que promesa de cambio, por eso el crecimiento de la deuda. Y la conversión de la deuda es una especie de valor en sí. Eso realmente es una revolución, el hecho de que tu deuda no sea algo que tú debes sino algo que otro posee, con lo cual, ese otro que lo posee puede a su vez utilizarlo para ganar dinero.

B.S.:    ¿Me estás diciendo que estás de acuerdo con la Agenda 2030?

E.:       No. Te estoy diciendo que es la solución que el sistema ha encontrado. Entonces es una solución que al sistema le permite sobrevivir a costa de la civilización, que la mata. Y esto sí que es muy importante. Es decir, el sistema no es idiota y sus rectores ni muchísimo menos, son gente muy inteligente, y además estoy convencido de que en muchos casos bienintencionados. No son conscientes de que nos están llevando a una situación en la que van a fundir, van a aniquilar los fundamentos de la civilización.

B.S.:    Hace unos años escuché a un experto, un señor ya muy mayor, no recuerdo su nombre, sobre la opción de un mundo sin política, sobre la posibilidad de una sociedad donde todo fuera equilibrado, equitativo. ¿Eso es posible o es también ciencia ficción como lo que vivimos hoy en día?. ¿Se podría eliminar la política?

E.:       (Muy pensativo) Estoy tratando de pensar qué señor mayor dijo eso porque se ve que era demasiado mayor entonces. No, y es un gigantesco error pensar que eso sería bueno. El sueño de la neutralidad, del aparato, del sistema, es un sueño muy viejo, hay una larga corriente desde el siglo XVIII sobre este punto, se supone que las sociedades por sí mismas se auto realizan de tal manera que basta dejar libertad, si acaso limitada más o menos por la ley a los agentes para que por sí solo todo se organice y que la política en la medida lo que hace es poner objetivos de carácter colectivo, comunitario a la gente alejándola de su propio interés individual, lo único que hace es estropearlo todo. Pero eso es una pura superstición, primero porque no ha habido jamás en la Historia Humana ninguna sociedad sin política. La política por definición es una cualidad de la naturaleza humana y además, más específicamente de la naturaleza occidental, europea. Si existe tal cosa como un ADN cultural ahí está metido. Lo que es muy lamentable es la transformación de la política en un arte de trileros, porque a medida que bajan las apuestas de poder puesto que el poder ya no está en manos de políticos sino de otros, los políticos se entregan a juegos de poder de muy corto recorrido y termina transformándose en un espectáculo para entretenimiento de las masas, que es en lo que estamos hoy. En ese sentido sí que hay toda una política con la que hay que acabar.

B.S.:    Además, si no hubiera política te quedarías sin programa televisivo…

E.:       Bueno no creas, a mí lo que me gusta es la Historia.

B.S.:    Bueno, puede ser lo mismo.

E.:       Una sociedad regida solo por criterios técnicos en realidad no es más que una pantalla para tapar el proyecto político de los que iban a dirigir esa sociedad. No hay una sociedad sin política.

B.S.:    Pareciera a veces, en las introducciones de tu programa “El gato al agua”, como si actuaras a lo Hanfry Bogart, con perdón porque él era feo y lento. Me refiero a esa puesta en escena tuya, como muy cuidada, controlada, hasta comedida y altamente interesante y que atrapa al espectador. Debes tener un club de fans por los comentarios que me llegan.

E.:       Sería un club de fans sin yo saberlo. En cuanto a lo de los gestos… Yo soy muy primario… En mi juventud me la pasaba la mayor parte en un cuartel, lo que me gusta es la montaña y perderme solo por el bosque si puedo solo durante días, lo que me gusta es vivir en la naturaleza y tener huertos, y hablar en público en general me cuesta un enorme esfuerzo. Entonces, cuando estoy en la tele interpreto.

B.S.:    ¿En serio?. O sea que te he pillado.

E.:       Interpreto porque yo normalmente no hago los gestos que hago cuando estoy en la TV.

B.S.:    Cierto, ahora estás más relajado. ¿Eso es buena señal no?. No te estoy dando mucha caña.

E.:       No, aunque me la dieras estaría relajado también... (Se sonríe) Es verdad que en la tele tienes que interpretar porque es audiovisual, cuando hacía radio, que fue en Cope varios años, fue una maravilla porque es el medio que más me gusta.

B.S.:    También es el medio que más me gusta, es muy clandestino.

E.:       Me quedaba pegado al micrófono y con los ojos cerrados. La tele es distinto y por otra parte hay una cosa muy importante y es lo siguiente, un gran profesor que tuve yo en la facultad Don Felicísimo Valbuena de la Fuente, un auténtico genio, me enseñó muchísimas cosas, entre ellas está en contribuir a que el espectador te entienda con la distribución del espacio, por ejemplo. Ese tipo de cosas trato de utilizarlas porque me parece que va a hacer más fácil que el espectador me entienda. Yo vocalizo mal, no tengo buena voz y tengo una presencia regulín

B.S.:    Disculpa que te interrumpa pero creo que puedo decirte siendo objetiva, que ahí estás muy equivocado.

E.:       Que me hago viejo… Y ese tipo de gestualidades yo las utilizo para eso y ahora me salen solas. Al principio me tenía que esforzar a hacerlas. En la televisión hay una parte de interpretación y de ficción, claro. Yo tengo que dar la mayoría de las conferencias sentado. La mayor parte de la gente que da conferencias normalmente son intelectuales que no están a gusto con su cuerpo y les encanta estar parapetados, en un atril, o en una mesa, eso forma parte también de la psicología con el público.

B.S.:    Se te ha ido algún que otro compañero al que tenías mucho aprecio. ¿Si te vas tú se cae El Toro TV?.

E.:       Uno tiene ya una edad, yo tengo 58 años.

B.S.:    ¿Eso es ser mayor?, ¡será ser adulto!. Ahora ya hay una quinta edad.

E.:       Vale, te lo compro.

B.S.:    Se os están yendo pesos pesados. Si te llaman para ofrecerte un contrato muy suculento ¿no te moverías o qué?.

E.:       Yo tengo aquí un contrato desde hace tiempo y un compromiso con la cadena. Me gusta escribir... Si tuviera treinta y tantos, pero… a estas alturas…, me parece a mí que poco… (Pareciera algo dudoso)

B.S.:    ¿Cuántos años llevas en El Toro TV?

E.:       No me acuerdo. He pasado por varias empresas. Llevo muchos años trabajando. Es decir, mientras tanto y por el camino he hecho de todo.

José Javier Esparza y B. Shields

B.S.:    ¿Qué te llevaría a dejarlo todo?

E.:       Yo creo que lo que me llevaría a dejarlo todo son mis hijos. En general es lo más importante de la vida sin ninguna duda, como dice mi maestro Aguinaga, mi descendencia, mi trascendencia.

B.S.:    ¿Y el que no tiene descendencia?

E.:       Es otro camino en el que yo ya no me puedo poner.

B.S.:    ¿Puedes definirme qué es el romanticismo para ti?

E.:       Joder, pues es una pregunta complicada para alguien que estudió fundamentalmente filosofía alemana toda su vida porque inevitablemente yo, claro, lo llevo hasta donde lo llevo.

B.S.:    Claro, alguno que estudia filosofía luego les es muy difícil interpretarla o aplicarla.

E.:       Eso además, pero quiero decir que por otra parte el concepto que tú tienes en la cabeza no tiene nada que ver con el común de la gente ¿no? (Queda muy pausado) …Espera, estoy tratando de encontrar una frase. Me ha venido a la cabeza una frase de un autor italiano Roberto Calasso, su libro “La ruina de Kasch”, dice algo así como, “cuando sonó la primera nota de piano romántico en Europa todo el aire de Oriente entró en el Continente Europeo”. Esa es un poco la idea. Estaba buscando una paráfrasis para llegar al mismo elemento. Yo creo fundamentalmente que el romanticismo consiste en dar un salto por encima de tu propia razón.

B.S.:    O sea, ¿te parece algo alocado?

E.:       No alocado, hay muchas formas de racionalidad, consciente, no consciente, de no utilitaria.

B.S.:    ¿Es útil el romanticismo?

E.:       Jamás… Precisamente lo hermoso que tiene es eso, la parte del fuego que decía Bataille, la parte que sacrificas, la parte que quemas, yo soy valenciano, son las fallas. Es dolor…, fuego. Pero es un perfecto ejemplo, es decir, tú lo quemas todo. Quemas lo mejor que tienes. Algo que te lleva un año entero construir y lo quemas para verlo arder, y en realidad has estado trabajado para el fuego. Pues es un poco eso. ¡Claro!. Eso es romanticismo.

B.S.:    ¡Qué bueno!

E.:       Es dar un salto por encima de tu propia razón. Eso que la gente llama como una locura, ya sea por una mujer, ya sea por un combate.

B.S.:    ¿Crees que esas cosas merecen la pena?, ese tipo de locuras.

E.:       ¡Sí!.

B.S.:    ¿Esos ejemplos?

E.:       ¡Sí., ¡sí!. Claro que merecen la pena. ¡Sí!, creo que le dan a la vida más dimensiones de las que normalmente tendría. Hay gente que lo necesita. Mucha gente. Hay gente que necesita estar en un cauce y hay gente que necesita estar entrando y saliendo en el cauce continuamente y hay gente que necesita correr por el cauce a toda leche y que no se acabe nunca.

B.S.:    Y entonces, ¿qué es el amor para ti a colación de todo esto?... Veo que te dejo pausado en más de una ocasión.

E.:       Sí, ¿sabes qué pasa?, que como me dedico a escribir busco una frase.

B.S.:    Pero algo que te nazca.

E.:       El amor es aquello que te empuja a dejar de ser tú mismo y a lo que te entregas sin pensar en las consecuencias.

B.S.:    ¡¿Dejas de ser tú mismo!?

E.:       Sí. Te olvidas de cualquier cálculo.

B.S.:    ¡Qué curiosa razón tienes ahí!, pero también la vida sin amor no tiene sentido.

E.:       Por eso te decía antes, lo del romanticismo y el saltarse la razón. El amor forma parte de eso, el amor es entrega, el amor es renunciar a uno mismo. ¡Sí!. ¡Sin ninguna duda!. Es decir, haces cosas que en cualquier cálculo serían absurdas. Pero la tijera aquí no corta.

B.S.:    El amor es que no tiene nada que ver con eso. Claro.

E.:       Claro, el amor es eso fundamentalmente. El término exacto es el don de sí cuando tú te entregas y cuando te entregas has perdido el control sobre ti mismo. Por definición. Si te entregas puedes tratar de justificarte como quieras, de ¡no, yo controlo!. ¡¡Es mentira!!, ¡eso es mentira!, ¡no controlas nada!. Si has elegido darte se acabó. Puedes ser testigo gozoso del proceso, incluso cuando sale mal, pero has perdido el control.

B.S.:    ¿Pierdes el control y no ganas nada?

E.:       ¡Sí!, ¡ganas muchísimas cosas!. ¡Cuando te das, ganas!

B.S.:    Cuando das recibes también…

E.:       Mira, esto es muy interesante, no sé si vale para todos los casos porque no es lo mismo el amor que sientes hacia una mujer, que el amor que sientes hacia unos hijos, que el amor que sientes hacia unos padres…, son formas diferentes de amor. En todos los casos hay una renuncia a ti para darlo a otro, pero, ¿recibes?, ¡sí!, pero creo que si esperas recibirlo es porque no te has dado bien. Hay que darse sin esperar.

B.S.:    Defíneme a José Javier Esparza.

E.:       ¿Cómo yo me veo?

B.S.:    Por ejemplo. Al libre albedrío. Responde como quieras.

E.:       Pues un soldado en un pedazo de muralla. Aquí, con las luces de trinchera defendiendo la posición.

B.S.:    También te veo así.

Sonreímos.

B.S.:    Por mí queda finiquitada la entrevista. ¿Quieres añadir algo más?. No sé cómo te habrás sentido.

E.:       Yo. Muy a gusto

Por B. SHIELDS

Escudo Veraz



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