Miguel Ángel Tobías, también es Doctor en Nutrición. Su motivación a la hora de alistarse en primera línea de batalla contra el maligno Coranavirus y conocer de cerca la lucha contra el mismo nos lo desvela a continuación. Se encuentra en una de las cuatro residencias de mayores de Madrid más fatídicamente afectadas.
B. SHIELDS: ¿Cómo estás?
MIGUEL ÁNGEL TOBÍAS: (Algo exhausto. Resopla)… Bien… Cansado… Agotado… Es bastante paliza todo este lío, pero contento.
B.S.: ¿Satisfecho no?
M.A.: Súper contento, porque te pones a pensar que los que están en las Residencias fueran tus padres o tus abuelos y ya está. ¿Sabes?. Esa ha sido la motivación.
B.S.: Claro, Empatía.
M.A.: Me acuerdo que me preguntaban qué sentía cuando estaba caminando por Haití viendo todo aquel horror. Yo decía… - pues esa señora podría ser mi madre, ese niño mi sobrino, esa chica podría ser mi hermana, y me imaginaba a ellos en España habiendo vivido una catástrofe y que nadie quisiera ir a ayudar -. Pues con esto ahora está siendo lo mismo.
B.S.: ¿Crees que está faltando humanidad?
M.A.: Creo que como en todas las situaciones graves, en todas las crisis, sale lo peor y lo mejor del ser humano, porque en realidad lo que sale es lo que uno lleva dentro, lo que pasa es que en circunstancias normales no lo tenemos que sacar, no hace falta aflorarlo. Si tienes a una persona generosa, su generosidad se multiplica. Hay gente neutra que está como dormida que de repente ante esas circunstancias despierta en positivo. Creo que está habiendo gente de todo tipo. Ejemplos de falta de humanidad y ejemplos de una humanidad brutal, maravillosa.
B.S.: ¿Estás al tanto del tsunami de información sea veraz o no?
M.A.: Bueno, creo que este tsunami de información está generando sin ninguna duda, mucho más daño que beneficio porque principalmente lo que provoca es miedo. Empezamos con una pandemia de Covid que ahí está y que poco a poco se va controlando, pero lo que creo que se ha instaurado es una pandemia mucho más grande que es el miedo y que además, estoy seguro que va a ser mucho más difícil de superar. Va a ser un proceso mucho más lento que nos demos cuenta que una cosa es la precaución y otra cosa es el miedo; como si nos fuéramos a África, para entendernos, ¿no?. La precaución sería, - no te bajes del jeep cuando estás en una zona de leones, toma precaución -, pero el miedo sería, - no salgas del hotel -. El miedo sería, - no salgo del hotel porque sé que hay leones fuera -. Es un poco yo creo lo que nos está pasando.
B.S.: ¿Cómo acabas en una residencia de mayores en Madrid?
M.A.: Pues acabo cuando todo este lío ya se sabía lo que iba a suceder. Como hace mes y pico, cinco semanas…
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Miguel Ángel Tobías, (izquierda), con sus compañeros sanitarios en la residencia de mayores |
B.S.: ¿Sobre qué fecha fue eso?, ¿cuándo te incorporas?
M.A.: No… Estoy haciendo el relato. Cuando se inicia todo este problema sabiendo que el tema va a ser serio y se va a infectar mucha gente y muchos sanitarios, me puse en contacto con las autoridades de Sanidad de la Comunidad de Madrid y les dije, - si me necesitáis, aquí estoy. Soy doctor en Nutrición, soy técnico en emergencias sanitarias, he pasado consulta durante años, he recorrido el mundo en zonas de guerra, de catástrofes, en donde además de rodar documentales, he ayudado en todo lo que he podido… Si me necesitáis, aquí estoy -. Entonces, con buen criterio en aquel momento que no había test, ni había nada, se me planteó y se me dijo, - hazte una cuarentena de dos semanas, por un lado para saber si estás infectado no estarlo y haber superado el proceso y, si no lo estás, pues para venir limpio -. Y hace ya casi 5 semanas que yo llevaba confinado en casa les dije, - en todo este tiempo estoy bien. ¿Si me necesitáis? -, entonces me preguntaron, - ¿dónde te gustaría? – y les dije, - dónde quiero no, ¿dónde puedo ser más útil? -, y me preguntaron - ¿te atreves ir a una residencia de ancianos? -. El te atreves es interesante ¿no?.
B.S.: Porque es un foco de infección más alto ¿no?
M.A.: Más alto, más duro y donde nadie quería ir además. La gente prefiere estar lógicamente en hospitales y en otros sitios que estén más controlados. Con lo cual les dije, - estoy haciendo esto de forma voluntaria -.
B.S.: ¿Se puede saber qué residencia es?
M.A.: A ver… Prefiero no decirlo por el foco, ¿sabes?. Pero de las cuatro más duras que había en Madrid, de las que han salido en los periódicos, y como estoy haciendo esto de manera voluntaria…, quiero decir, que no estoy cobrando por hacerlo.
B.S.: ¿Cuántas personas han fallecido en la residencia en la que trabajas?
M.A.: Hasta ahora mismo, 32. A fecha de 21 de abril.
B.S.: ¿Qué horario tienes?
M.A.: (Sonrisa amarga) ¡No hay horario!. Intentamos ir rotando. Porque claro, te vas agotando, te mueres con el calor dentro, te asfixias con el equipo todo el día. Pero intentamos que sea menos de 10 horas. Nos hacemos turnos. Ayer entré a las 7 de la mañana, como salí a las 7 de la tarde nos organizamos para que siempre haya alguien. Por ejemplo, uno entra a las 12, sale más tarde y mañana duerme un poco más. Eso ahora, porque las primeras semanas éramos todos, todo el tiempo y que no dábamos abasto.
B.S.: ¿Le has dado alguna orden a tu cerebro en el que no te permitas claudicar hasta que todo esto pase?.
M.A.: Como ya tuve mucho entrenamiento con lo del terremoto de Haití, me emociono muchas veces pero no permito que la emoción me impida ser eficaz. Ese control lo tengo.
B.S.: Habiendo tenido una experiencia muy cercana a la muerte, ¿podrías decir que estás familiarizado con lo que estás viviendo ahora mismo?.
M.A.: Yo estuve en la que se considera una de las más catastróficas de la humanidad, es decir que he visto morir a mucha gente por el mundo, pero eso no hace que tú te endurezcas, es justo todo lo contrario, lo que te hace es sensibilizarte más y querer estar más cerca de las personas que están sufriendo y que están viviendo esas circunstancias. Cuando yo llegué a la residencia, el momento de llegar fue muy duro. Una sensación de – esto es tremendo lo que está pasando -, porque yo llegué a un sitio donde faltaban medios técnicos, faltaba gente, había mucho menos personal del necesario para atender a los residentes, tanto a los infectados como a los que no, pero a la vez y por eso digo lo de los sentimientos encontrados, me di cuenta de que la gente que estaba allí trabajando y la gente que se iba incorporando…, pues es gente con un grandísimo corazón. Gente peleando a pesar de no tener medios para que los residentes estuvieran en las mejores condiciones posibles y aportando todo lo que la técnica no podía aportar porque no había y todo lo que los medios no podían aportar porque no los había, se ha suplido con el corazón.
B.S.: ¿Crees que desde el principio las residencias de mayores han estado surtidas con la suficiente medicación que necesitan así como la alimentación o ha habido carencia de ello? . Ya me has adelantado que efectivamente había faltas técnicas y de otros tipos. ¿Puedes concretar?
M.A.: Claro, pero me refiero ante la situación que se estaba viviendo. Lo que pasa es que parece que nos hemos dado cuenta ahora. Las residencias son, en su mayoría, -yo las conozco lógicamente todas y quizás haya alguna diferente-, pero en su mayoría son, digamos, hoteles para personas mayores, o sea, esto es una residencia, no es un centro médico. Aunque en muchas de ellas como en esta por ejemplo en la que yo estoy, ya había un médico dentro de la residencia, ya hay fisioterapeutas. Digamos que había personal especializado, pero eso no convierte la residencia en un hospital ni en un centro de salud siquiera. Por lo tanto las residencias de ninguna manera y modo, estaban preparadas para ser centros médicos de atención de enfermos críticos y graves. Se ha ido suavizando con el paso de las semanas, porque se ha visto además en los medios de comunicación que durante varias semanas, es que no se admitían en los hospitales a personas mayores. Lo normal es que no se admitían.
B.S.: Pero sí que han trasladado a algunos mayores a hospitales. Hace unos días una mujer contaba cómo intentaba una y otra vez contactar con su madre en la residencia y nunca consiguió hablar con ella y le iban dando largas. Al final recibió una llamada de un doctor del Hospital Jiménez Díaz donde le comunicaron que la tenían allí y que había fallecido. Esta mujer se quejaba de eso, si a los mayores no los mandaban al hospital ¿cómo es que a su madre se la llevaron al hospital y no se lo advierten?
M.A.: Pues la casuística en una situación de catástrofe como la que estamos viviendo, de caos… La casuística es amplísima. Seguro que ha habido algunas personas mayores de residencias y personas mayores que estaban en sus domicilios que han acabado en hospitales.
B.S.: De hecho aparecen muchos que se salvan.
M.A.: ¡Como aquí en la residencia!.
B.S.: Pero entonces ¿qué explicación le das cuando dicen que las personas mayores son las de mayor riesgo pero a su vez también se están salvando muchos?, ¿o es que le están dando mucho bombo cuando se salva algún mayor porque es algo entrañable?
M.A.: ¡Nooooo!. Evidentemente. Y esto es otro de los grandes problemas del exceso de información. Ni las personas mayores han sido las más afectadas. Están los datos científicos ahí, pero esto no quiere decir que ser mayor te conduzca en esta crisis a la muerte. La gran mayoría de las personas mayores que están en sus casas como en las residencias, ¡se han salvado!. ¡La mayoría!. A ver, cualquier muerte es intolerable, aunque se muera una sola persona, ¡por supuesto que sí!. Y las personas mayores son más susceptibles porque la edad juega en su contra, lo normal es que tengan muchas patologías de base.
B.S.: Pero y aun así, tú lo sabes. Muchas personas mayores con muchas patologías se están salvando.
M.A.: Pues eso te digo, la gran mayoría de las personas mayores van a pasar por esta pandemia igual que el resto. Es decir, muchos de ellos, que yo los estoy viendo, asintomáticos a pesar de estar conviviendo con el virus. No han tenido síntomas de nada. Muchos de ellos son negativos a pesar de estar en una residencia donde ha habido muchos de ellos fallecidos y muchos infectados.
B.S.: O sea, ¿que son incluso inmunes al contagio?
M.A.: Es que si no hubiera una gran mayoría de seres humanos que son inmunes a cualquier tipo de contagio nos moriríamos todos.
B.S.: Ya. Claro. Pero es muy importante esto que estás diciendo, personas mayores con patologías que son inmunes al contagio.
M.A.: La mayoría están consiguiendo sobrevivir a la infección. Muchos de ellos sin ninguna consecuencia.
B.S.: Vamos, ¿que a algunos el virus les ve y sale corriendo?. Que ni siquiera se infectan.
M.A.: No. A ver, no es que el virus les vea y salga corriendo, no solo a personas mayores. Esto es a todos. Si tú colocas a 100 personas a convivir con un virus, no quiere decir que las 100 se vayan a contagiar. También es verdad que muchos de nuestros mayores que están en las residencias han vivido una guerra civil, han vivido las penurias de una postguerra, han vivido las penurias de haber pasado hambre, porque se nos olvida que en España en la postguerra se pasó mucha hambre. Son supervivientes. Es decir, son gente que ha peleado en la vida muy duro y muy fuerte para sacar adelante a nosotros, a las siguientes generaciones. Yo creo que evidentemente, muchos de ellos tienen una fortaleza que en esta situación ha ayudado a muchos. Y la mayoría de las personas mayores y este es un mensaje súper importante para rebajar el miedo, la mayoría de las personas mayores van a pasar por esta pandemia sin enterarse o sin grandes complicaciones y podrán seguir su vida, lógicamente, tan normal.
B.S.: ¡Qué bueno!. Eso es muy bonito saberlo. Y tu labor, concretamente, ¿cuál es?, o ¿estáis todos a una en la residencia?
M.A.: Cuando estás en una situación de crisis como esta donde falta personal de todo tipo, pues están los cuidados obvios sanitarios por un lado, los cuidados psicológicos, la atención psicoemocional… Y se está haciendo un poco de todo. En las residencias está pasando. Hace un mes que hay personas aisladas porque tenían síntomas que hacían sospechar que estuvieran infectados. A estas personas se les ha aislado, esto significa meter a una persona mayor en su habitación y encerrarla y sin que pueda salir de la habitación. Si pensáramos en cualquiera de nosotros encerrados en una habitación durante un mes, te das cuenta de que eso es muy duro. Si eso lo trasladas a una persona mayor con sus propias características pues es más duro todavía. Así que, ha ido, desde atenderles desde el punto de vista sanitario hasta sentarte 10 minutos con ellos para charlar con ellos.
B.S.: ¿Qué es para ti una persona mayor?. Tú has vivido catástrofes muy concretas y muy poco comunes a otros profesionales de la sanidad. Lo mismo has estado con bebés, niños, jóvenes y mayores. Entonces, ¿Qué es para ti una persona mayor?
M.A.: Desde el punto de vista filosófico yo no computo la edad de las personas. Hay gente de 20, 30, 40 años que son viejos, que no tienen ilusión por nada, que no tienen ganas de hacer nada y hay personas de 80, 90 o 100 años incluso, que quieren seguir queriendo vivir, que están llenos de ilusiones, que tienen alegría. Por tanto, desde el punto de vista filosófico, para mí, la edad, no significa nada. Desde el punto de vista teológico por supuesto sí; en el sentido de una persona mayor por el propio proceso biológico de lo que llamamos envejecimiento pues claro que hay unas características que le convierten teóricamente en alguien más vulnerable y con unas necesidades específicas. Evidentemente en una residencia este debate no existe. Veo en la residencia gente con 90 años y con una alegría de estar y de vivir maravillosa y desde el punto de vista son todos unas personas mayores que necesitan una serie de cuidados que lógicamente no se necesitan cuando uno es más joven. Yo no catalogo a las personas. A mí me da igual. Cuando alguien ha fallecido, la primera pregunta es, - ¿cuántos años tenía? -. Es una pregunta que me duele porque es un ser humano que está vivo. La vida es y existe mientras estamos vivos.
B.S.: Siempre añado que una persona mayor es un tesoro en conocimiento, algo a admirar. El hecho de tener un recorrido, es un reconocimiento brutal. Merecen respeto, una muerte digna y que vivan hasta donde tengan que hacerlo. ¡Hay personas de ciento y pico de años que están saliendo de esa recuperación del virus!, ¡y hasta con patologías!
M.A.: ¡Por supuesto!. El tema es simple. ¡No podemos jugar a ser Dios y no debemos jugar a ser Dios!. ¿Quién es nadie para determinar a partir de qué edad y en qué momento la vida de una persona merece o no la pena?
B.S.: Este virus afecta a cualquier persona de cualquier edad.
M.A.: Esto es muy simple y lo he explicado mil veces. Si tú llegas a los 40, da igual, 50, 60 o 70 habiendo llenado tu cuerpo de alcohol, tabaco, sedentarismo..., pues lógicamente el cuerpo no tiene tantas posibilidades de defenderse no ante el coronavirus sino ante cualquier otra patología. Si tú te has castigada a saco… A ver, los fumadores de largo recorrido ahora mismo están muy mal. Esto es una infección en los pulmones.
B.S.: ¿Cuántas de las personas mayores con las que tratas rechazan la idea de Dios?. ¿Es un tema del que soléis hablar?
M.A.: No lo sé. Hay gente que es creyente y lo expresa de una manera normal, quiero decir, estás allí con ellos y les tratas de tranquilizar, - tranquilos, esto ya va mejor, ya queda menos. Dentro de poco podréis hacer otra vez vida normal -, y mucha gente te dice, - ¡ojalá!, ¡ojalá Dios quiera!. Aquí estaremos hasta que Dios quiera -. Pero no entras específicamente a preguntar a nadie cuáles son sus creencias, igual que no entrarías a preguntarle a nadie cuál es su ideología política. Para mí son personas, seres humanos que tienen todos la misma dignidad y hay que darles a todos ellos las mismas oportunidades de vivir y salir adelante.
B.S.: ¿Consideras que es importante la presencia de Dios en estos momentos?
M.A.: Creo que la presencia de Dios sin ninguna duda es muy importante para los que creen en Dios y para los que no creen pues entiendo pensarán que esto que está sucediendo es inevitable y que la conclusión de esto tiene que ver con la suerte, con lo positivo o con la capacidad.
B.S.: Claro, porque ¿¡tú eres una persona creyente!?
M.A.: Sí, pero yo no practico ninguna religión. Por eso digo que eso está en el ámbito de cada uno.
B.S.: A cerca de lo que se habla sobre el bicho, si ha sido fabricado adrede o es natural, ¿qué opinión te merece?. ¿Qué conocimientos tienes acerca de ello?
M.A.: A ver, conocimiento ninguno, que si lo tuviera querría decir que yo he estado ahí.
B.S.: ¡Claro!, como hay tanta conspiración, tanta verdad y tanta mentira… Me digo, a ver si tal vez, tú, que has viajado tantísimo, a lo mejor sabes algo.
M.A.: Asisto expectante como todo el mundo a todas las teorías que se van poniendo en marcha. La geopolítica es muy complicada, todos sabemos que vivimos en un mundo donde los intereses económicos desgraciadamente están por encima de los derechos humanos, están por encima de la salud, por encima de la ética, por encima de todo. Vivimos en un mundo de –el dinero está por encima de todo-. Creo que esta situación que estamos viviendo quizás nos da la oportunidad a nivel individual, como sociedad y como humanidad, nos está dando la oportunidad de que repensemos la forma en la que estamos viviendo. ¡Ojalá estos meses de parón sirvan para que la gente reflexione y se dé cuenta de las cosas que de verdad importan y se den cuentan de la vida que hacemos y de si realmente queremos hacer la vida que hacemos o necesitamos cambiar cosas en ellas!
B.S.: Rectificar de alguna manera porque ninguno somos perfectos…
M.A.: … ¡Eso por supuesto!. Y continuando con esta última pregunta… Los intereses que hay son tan gigantes y las fuerzas oscuras de los países son tan complejas que difícilmente creo que algún día lleguemos a saber verdaderamente si el virus surgió de manera espontánea, si al tratar de manipularlo se escapó en el laboratorio de Wuhan como están contando o al revés, que no se escapó y decidieron que se escapara. Por decirlo de alguna manera. Estoy expectante y curioso igual que el resto de la gente para ver qué sucede, pero dudo mucho sinceramente que alguna vez se llegue a saber realmente.
B.S.: ¿Tienes idea de cuántas cepas hay realmente?
M.A.: Saber de este tema se sabe muy poco en realidad, porque no hay nadie en ninguna parte del mundo que se atreva a hablar categóricamente porque efectivamente, al ser un virus nuevo hay que ver cómo se comporta y cómo cambia. Lo que sí creo, este mensaje me parece importante, que lo peor ya ha pasado. Lo creo de verdad. Creo que hay que ir normalizando la vida lo antes posible.
B.S.: Bueno, la vida tal y como la conocíamos antes ya no va a ser igual. Al menos se sospecha que vamos a estar mínimo dos años con medidas de protección muy exhaustivas ¿no?
M.A.: Bueno, lo que todo el mundo dice y me parece razonable, es que hasta cierto punto la vida tal y como la conocíamos antes literalmente al 100% no se podrá hacer hasta que no haya una vacuna. Eso puede ser una año, año y medio y el tiempo que se tarde luego lógicamente, no es en descubrir la vacuna, sino que existan millones de vacunas para poder ponérselas a la población.
B.S.: ¿Y habrá que esperar también una vez que se coloquen las vacunas a su reacción no?. Porque aunque se experimente previamente con ella ¿también se tendrá que conocer el resultado a largo plazo no?
M.A.: Bueno, pero para ese momento, pensemos que para cuando llegue la vacuna ya habrá muchos millones de personas en todo el mundo y concretamente aquí en España, que ya habremos pasado la enfermedad y ya estaremos inmunizados. Que cuanta más gente la pase sin complicaciones y sobrevive a una infección, digamos que menos daño puede seguir haciendo la infección.
B.S.: ¿Y es cierto que una vez la has pasado no te vuelves a infectar?
M.A.: Lo que nos dice la ciencia con respecto a lo que ha sucedido antes con otros virus, como por ejemplo el de la gripe, es que lo lógico y lo normal es que cuando tú estás inmunizado para una cepa concreta de un virus pues tú ya no puedes volver a infectarte de ese virus, de esa cepa concreta. Pero en el caso incluso de que no fuese así lo que también, científicamente, con todo el sentido del mundo, es que aunque nos volvamos a infectar, como nuestro sistema inmunitario ya va a reconocer a toda velocidad ese virus que nos entra, lo que es, 99% probable, si esa infección se diera, las personas que nos infectemos, pues vamos a tener unos síntomas todavía más leves de los que hemos tenido ya la primera vez. Tenemos que rebajar el miedo y la crisis va a acabar matando más gente.
B.S.: Como nutricionista, ¿qué alimentos aconsejas frente a las defensas contra el virus?. Pues la alimentación es la única medicina natural.
M.A.: Sin duda. De hecho he creado un plan nutricional, por supuesto gratuito para todo el que lo quiera y a través de Linkedin se lo estoy pasando a quien lo pide. Pero claro, se lo voy pasando a gente a medida que puedo. Hay una alimentación, por supuesto orientada a: 1º, que haya una regeneración celular adecuada, 2º, consumir alimentos que son inmunomoduladores y que actúen en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario y 3º, tiene que ser una alimentación basada en disminuir los procesos inflamatorios en el organismo. Todas las patologías cursan con inflamación y en este caso, este concreto, se ha visto que desata con una tormenta inflamatoria.
B.S.: Y hay muchos alimentos que ayudan a esa desinflamación…
M.A.: Correcto. Y hay muchos alimentos que ayudan a desinflamar y muchos que lo favorecen y son los que hay que evitar. Te voy a pasar el plan nutricional y los vas a ver. Todo especificado de una forma súper fácil. Lo puede hacer un niño de 11 años.
B.S.: La entrevista por mí ya ha acabado. Si quieres añadir algo más…
M.A.: Precaución sí pero miedo no. Y decirle a todo el mundo que nuestra vida es un camino de ir enfrentándonos a miedos. Desde que nacemos estamos permanentemente enfrentándonos a miedos hasta que nos morimos. Y como yo digo en una de mis conferencias, La vida está al otro lado del miedo. El ejemplo es muy fácil. Si ahora por miedo ya dejáramos de salir de casa…, podemos quedarnos en casa para siempre. No salir nunca más. Por supuesto no nos infectaremos y tampoco nos atropellará un coche, ni nos atracarán, ni tendremos un accidente de tráfico, ni tantas y tantas cosas que suceden cuando uno sale a la calle ¿no?. Pero la pregunta es, ¿acaso eso es vida?. ¡Eso no sería vida!. Por lo tanto digo que, quizás el mensaje más importante cuando esto pase, ¡y ya está pasando!, va pasando poco a poco, que no nos olvidemos de que LA VIDA, con mayúsculas, está al otro lado del miedo.
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B. Shields y Miguel Ángel en el estreno de su película Me llamo Gennet |
B.S.: Siempre digo, prevenir, alertar, pero nunca alarmar…
M.A.: … pero no atemorizar
B.S.: Así es. Muchas gracias y te dejo que sigas luchando, que ya escucho cómo coges el coche en dirección a la residencia.
Por B. SHIELDS
Escudo veraz
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